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La tierra es el tercer planeta a partir del Sol y el quinto más grande
Existe, por supuesto, cientos de otros nombres para el planeta en otras lenguas. En la mitología romana la diosa de la Tierra era Tellus - el suelo fértil (Griego: Gaia, terra mater - Madre Tierra). No fué hasta los estudios de Copérnico (siglo XVI) que se comprendió que la Tierra era sólo un planeta más. La Tierra puede, por supuesto, ser estudiada con la ayuda de astronaves. No obstante, hasta el siglo XVIII no se dispuso de mapas completos del planeta. Las imágenes del planeta tomadas desde el espacio son de considerable importancia; por ejemplo, son una inestimable ayuda en la predicción meteorológica y especialmente en el seguimiento y predicción de tormentas. Además son de una extraordinaria belleza. La Tierra está dividida en varias capas que tienen distintas propiedades químicas y sismológicas (la profundidad está expresada en km.): El grosor de la corteza varía considerablemente, es más delgado bajo los océanos y más grueso bajo los continentes. El núcleo interno y la corteza son sólidos; el núcleo externo y las capas del manto son plásticos o semi-fluidos. Las distintas capas están separadas por discontinuidades que se hacen evidentes en los datos sismológicos; la mejor conocida de estas es la discontinuidad de Mohorovicic entre la corteza y el manto superior. La mayoría de la masa de la Tierra está en el manto, la mayor parte del resto está en el núcleo; la parte que habitamos es una minúscula fracción del total (valores de la tabla expresados en 10E24 kg.): Los otros planetas terrestres probablemente tienen estructuras y composiciones similares con algunas diferencias: la Luna tiene, como mucho, un pequeño núcleo; Mercurio tiene un núcleo enorme (en relación a su diámetro); los mantos de Marte y la Luna son mucho más gruesos; Ni la Luna ni Mercurio parecen tener cortezas diferenciadas químicamente; la Tierra parece ser el único planeta con núcleo dividido en capa interna y externa. Adviértase, no obstante, que nuestro conocimiento del interior de los planetas es fundamentalmente teórico, incluso en el caso de la Tierra. A diferencia de los otros planetas terrestres, la corteza de la Tierra está dividida en varias placas sólidas independientes que flotan sobre el manto caliente subyacente. La teoría que describe esto es la tectónica de placas. Se caracteriza por dos procesos principales: separación y subducción. La separación ocurre cuando dos placas se alejan una de otra y se crea corteza nueva por el ascenso de magma desde el interior. La subducción ocurre cuando dos placas colisionan y el borde de una se hunde bajo el de la otra y termina siendo destruido en el manto. También hay desplazamiento transversal en algunas fronteras entre placas (p.e. la falla de San Andrés en California) y colisiones entre placas continentales (p.e. India con Eucrasia). Actualmente se identifican ocho placas principales:
También hay otras veinte o más pequeñas placas como las de Arabia, Cocos, y de Filipinas. Los terremotos son mucho más comunes en los bordes de las placas. Marcar sus apariciones hace mucho más fácil ver los límites de las placas (derecha). La superficie de la Tierra es muy joven. En un periodo relativamente corto (en términos astronómicos) de 500 millones de años, mas o menos, la erosión y los procesos tectónicos han destruido y vuelto a crear la mayor parte de la superficie terrestre y así se ha eliminado casi todo resto superficial de la historia geológica previa (tal como cráteres de impacto). De manera que la historia inicial de la Tierra ha sido borrada prácticamente. La Tierra tiene de 4.500 a 4.600 millones de años de edad, pero las rocas más antiguas conocidas sólo tienen 4.000 millones de años y las demás de 3.000 millones son raras. Los fósiles más antiguos tienen menos de 3.800 millones de años de antigüedad. No quedan huellas del periodo inicial en que la vida apareció en el planeta. El 71% de la superficie terrestre está cubierto por agua. La Tierra es el único planeta conocido en el que puede haber agua líquida en la superficie (aunque puede haber etano o metano líquidos en la superficie de Titán y agua líquida bajo la superficie de Europa). El agua líquida es, por supuesto, esencial para la vida tal y como la conocemos. La capacidad calorífica de los océanos es muy importante para mantener la temperatura terrestre relativamente estable. El agua líquida también es responsable de gran parte de la erosión y envejecimiento de los continentes terrestres, un proceso único en el sistema solar actual (aunque puede que se haya dado en Marte en el pasado). La atmósfera terrestre contiene un 77% de nitrógeno, 21% de oxígeno, y trazas de argón, dióxido de carbono y agua. Probablemente había mucho más dióxido de carbono en la atmósfera poco después de la formación de la Tierra, pero desde entonces la mayor parte se ha incorporado a las rocas en forma de carbonatos y, en menor medida, disuelto en los océanos y consumido por las plantas. La tectónica de placas y los procesos biológicos mantienen un flujo continuo de dióxido de carbono desde la atmósfera hacia estos "consumidores" y de vuelta a la atmósfera. La pequeña cantidad de dióxido de carbono presente en la atmósfera en un momento dado es muy importante para el mantenimiento de la temperatura de la superficie terrestre mediante el efecto invernadero. Este efecto invernadero eleva la temperatura media superficial unos 35 grados centígrados sobre lo que, de otro modo, serían unos gélidos -21 C hasta unos confortables 14 C de media. Sin él los océanos se congelarían y la vida tal y como la conocemos sería imposible. La presencia de oxígeno libre es bastante llamativa desde un punto de vista químico. El oxígeno es un gas muy reactivo y bajo condiciones "normales" se combina rápidamente con otros elementos. El oxígeno de la atmósfera terrestre está producido y mantenido por procesos biológicos. Sin la vida no habría oxígeno libre. La interacción entre la Tierra y la Luna enlentece la rotación terrestre unos 2 milisegundos por siglo. Las investigaciones recientes indican que hace unos 900 millones de años había 481 días de 18 horas en un año. La Tierra tiene un modesto campo magnético producido por corrientes eléctricas en el núcleo. La interacción entre el viento solar , El campo magnético terrestre y las capas superiores de la atmósfera terrestre causa las auroras (véase Medio Interplanetario). Las irregularidades de estos factores hacen que los polos magnéticos se desplacen con relación a la superficie; el polo norte magnético está actualmente en Canadá. El campo magnético terrestre y su interacción con el viento solar también produce los cinturones de Van Allen, un par de anillos de gas ionizado (o plasma) atrapados en órbita alrededor de la Tierra. El cinturón externo se extiende desde los 19.000 km de altura hasta los 41.000 km; el cinturón interior se haya entre los 13.000 km y los 7.600 km. Satélites de la TierraLa Tierra tiene sólo un satélite natural, la. Pero... miles de pequeños satélites artificiales han sido colocados en órbita alrededor de la Tierra. El asteroide 3753 (1986 TO) tiene una compleja relación orbital con la Tierra; no es realmente una luna, se ha usado para describirlo el término "compañero". Es algo parecido alo que ocurre con Saturno y sus lunas Janus y Epimetheus. |
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